CERTAMEN DE MICRORRELATOS THE GANCHILLO NATURAL REVOLUTION (XV)

La entrada de hoy, es última con los tres últimos textos recibidos para el Concurso de Microrrelatos, que también podéis votar estos días en nuestra página de Facebook. Contentos de la acogida, ya podéis ir preparando vuestra inspiración para la siguiente edición :)!!!

¡¡¡¡Muchas gracias a tod*s l*s participantes!!!!

50. ENTRE MODAS Y TRADICIONES

María era una abuela que en su tiempo libre le gustaba realizar labores de tejido y disfrutar de sus nietos. Todos ellos eran varones, y ella siempre había querido tener una nieta para poder enseñarle a hacer ganchillo, pues sus nietos no querían saber nada de eso.

Pero todo cambió de un tiempo a esta parte cuando un día observó que sus nietos habían cogido sus agujas de ganchillo. Se acercó y vio cómo acaban varias bolsitas de plástico que contenían cientos de gomitas para el pelo. -¿Qué estarán tramando estos vivarachos? - se preguntaba. Para su asombro, estaban haciendo unas originales pulseras con esas gomitas ayudándose de sus agujas y unos tenedores. Motivados por esta moda, los niños enseñaron a crear pulseras a su abuela y a cambio, ella les enseñó el arte del ganchillo.

Desde entonces, la abuela María está, si cabe, más orgullosa de sus nietos.

-------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- 51. UN FINAL INESPERADO

No podía evitar esbozar una sonrisa pícara, ni evitar observar a su alrededor por si alguien se daba cuenta o se le notaba lo que anoche había ocurrido. ¿Cómo es posible?- Llevamos años trabajando juntos, clasificando documentos, visitando clientes, revisando archivos hasta altas horas de la madrugada, conocemos a nuestras familias,¡¡¡ Por Dios¡¡¡- ¡¡ soy la mejor amiga de su mujer¡¡¡.¿Cómo ha podido pasar?.

Nunca imagine que ir a la ciudad a perderme y relajarme sin ser reconocida, me reportaría la grata sorpresa de compartir clases de ganchillo y un gran secreto con mi jefe.

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52. SUPERVIVENCIA DE HILOS

A esta hora, como cada año, mi madre recuenta, uno a uno, los puntos de ganchillo del jersey que no parece acabar. Es mi regalo de cumpleaños y no quiere que el balance descuadre. Por eso me llama, apurada, con ese fastidio con que pretende ligarme a jornada completa. Quiere que pose otra vez. Y yo obedezco en silencio, muy quieto, mientras hurga en mi cuerpo patrones de su ADN con dos aguja y lana roja. Entonces lo ve: un punto suelto por encima de mi ombligo. Y aunque le digo que no se preocupe, no me hace caso. Y llora, con esa obsesión que le hace enmendar un instante de cordón roto. Pero ya no me oye; ha vuelto a lo suyo después de ovillar un deseo: a ganchillear cicatrices como cada año, desde aquel día de quirófano, con esa continuidad de parir con que se empeña una madre.