26 marzo 2014

CERTAMEN MICRORRELATOS THE GANCHILLO NATURAL REVOLUTION (II)


Y seguimos publicando los siguientes tres microrrelatos recibidos para el certamen...






4. CÓDIGO 10-01

…uno del derecho, dos del revés, uno del derecho, dos del revés… Sentada en el suelo, con la mirada perdida, no podía pensar en otra cosa. Su cuerpo permanecía inmóvil y era incapaz de levantarse.

El agente entró en la habitación. Vio a la chica sentada junto a la pared que daba al norte. Parecía ausente. Miró hacia el lado opuesto. En un charco de sangre, yacía el cuerpo de un hombre, con una aguja de ganchillo (¿o era de calceta?) clavada en el corazón. A su lado, una maraña de ovillos de lana se desperdigaban por la alfombra. Junto a su mano derecha, un arma pequeña había caído. Un claro caso de defensa propia. A veces, los objetos más extraños o los más cotidianos, te salvan la vida. Como aquella vez que…

Su mirada se perdió, como la de aquella chica, y ambos quedaron allí, mudos, sin verse.
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5. EL AMOR Y EL TRACTOR
 
Armando tenía un negocio de venta de lanas por internet que marchaba viento en popa pero su afición a cerrar el club "Hot ganchillo" hizo que perdiese su negocio e includo su propio coche.

Su mujer, que lo seguía queriendo a pesar de sus aficiones, intentó reconducirlo al rural y consiguió convencer a su padre para que, en vez de divorciarse, le comprase un tractor para trabajar la tierra y olvidar las lanas pero sobre todo… el ganchillo.

Armando, agradecido y emocionado por el regalo y el perdón, arrancó su flamante vehiculo y sin dudarlo un momento, condujo a través de las fincas para enseñárselo con orgullo a sus amigas del club.
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6. TEJIENDO VIDA

Las viejas y temblorosas manos seleccionaron cuidadosamente una aguja de hueso tan vieja, desgastada y cansada como la propia tejedora.

Empezó a tejer despacio, tranquila, concentradamente. No importaba cuan tiempo fuera necesario, sería su obra perfecta, mucho más que la simple y habitual labor de ganchillo con la que daba vida a la humanidad.

Tejió amor y sueños, miedos y esperanzas, risas y llantos, fuerza y engaño, debilidades, generosidades, confianzas, pasiones, alegrías, curiosidades e ingenios,... tejió todas y cada una de las virtudes, todos y cada uno de los defectos, tejió hasta la extenuación, hasta el límite de su tiempo.
Contempló su obra. El orgullo se reflejó en el mar de arrugas de su rostro, le insufló su vida y al tiempo que moría se vió renacer... una vez más. 

Las bellas y firmes manos seleccionarón cuidadosamente una aguja de hueso tan nueva, perfecta y joven como la propia tejedora...


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